Escribió ayer en Twitter el diputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta lo siguiente: «El PSC ha decepcionado hoy a muchos. A mí ya no podía: lo abandoné hace 33 años sabiendo lo que era: un partido de lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos». Dijo más, pero he querido detenerme en los anteriores calificativos. Voy al diccionario de la Real Academia Española y transcribo: «Lameculos. Persona aduladora y servil». «Paniaguado. Persona que servía en una casa y recibía del dueño de ella habitación, alimento y salario». «Pijo. Que en su vestuario, modales, lenguaje, manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada». Reflexiono y pienso: ¿Se puede ser más lameculos, paniaguado y pijo que Girauta? Lo digo porque su férrea lealtad a Albert Rivera es proverbial (lameculos); es un paniaguado, en su primera acepción (sirve en la casa de Ciudadanos a cambio de salario); y pijo lo es, puesto que su lenguaje es propio de un José María Pemán contemporáneo. Girauta, que ha tenido una carrera política variadita, estuvo efectivamente en el PSOE, que abandonó para irse al PP; coqueteó con las teorías de la conspiración del 11M y llegó a Ciudadanos en 2014. Por tal cosa se le podría calificar de veleidoso (inconstante, mudable), y también de sus sinónimos: «antojadizo, caprichoso, inconstante, ligero, mudable, versátil, voluble, frívolo». También su actitud insultante se podría describir como «ofensiva, injuriosa, agraviante, humillante, vejatoria, insolente, afrentosa, grosera». ¿Que si hoy se me ha ido la cabeza? Qué va. Es que he pensado que, ya que este es el nivel, aprovechemos todos para aprender palabras nuevas. No me den las gracias, no se merecen.

*Periodista