Dicen que Arturo Aliaga es un hombre muy del PP, pero sin embargo está convencido que los mejores años de Aragón han sido los que PSOE y PAR estuvieron aliados con Marcelino Iglesias de presidente y él de consejero de Industria. Para el 28-A tenía muy claro que lo mejor era ir de la mano de los populares y así conseguir representación en el Congreso, donde se dirimen los grandes temas de España. Pero no le dejaron. El partido se le revolvió y no pudo cerrar con Pablo Casado lo que ya había apalabrado con Luis María Beamonte. Por si había alguna duda, el presidente del PAR no tuvo ningún reparo en acercarse aquel domingo infame a la plaza de Colón de Madrid y abrazarse con toda la derecha, la del PP pero también la que representa Rivera en Ciudadanos y la más ultra, la de Vox. Hasta sacaba la cabeza en la foto de familia.

Ahora, viene a decir que aquello no le gustó porque le engañaron, que él solo fue a defender España pero eso se puede hacer desde la derecha, la izquierda y el centro, y que no comulga para nada con la derecha ultra de Abascal. Lo dice ahora, tras ver cómo no conseguía representación en Madrid porque el PAR no se presentó, pero teniendo en cuenta que tampoco la hubiera obtenido si se hubiera coaligado porque el PP en Zaragoza solo consiguió un diputado el 28-A, y él hubiera ido el segundo.

Así las cosas, el 26-M le deparó a su partido una situación si no idílica, si decisoria. Porque aunque la llave de la gobernabilidad en Aragón la tenga Ciudadanos, solo funcionará si el PAR la activa. Y ahí es donde unos dicen que Aliaga está tembloroso y otros que está de receptor del mejor postor. Por si acaso, él se ha desmarcado ya de todos. Ha dicho que no va a apoyar a la derecha porque está Vox, que no quiere ir con un «partido trasvasista» como es Ciudadanos (aunque los líderes de este partido en Aragón dicen no al trasvase del Ebro, igual que los del PP, y también igual que los populares, los dirigentes nacionales y levantinos de Cs están más a favor de llevar agua del río desde aquí) y que ni se le ocurre sumarse a ese pentapartito que promulga la CHA de José Luis Soro con PSOE, Podemos e IU porque son demasiados y la izquierda ya se sabe cómo las gasta cuando están juntos. ¿Por primera vez el PAR quiere quedar al margen de la gobernabilidad de Aragón? ¿Aún teniendo tres diputados claves? Extraño, todo.

Y más cuando en el mismo PAR aparecen voces disonantes, es decir, dirigentes aragonesistas que no coinciden con los planteamientos del presidente del partido y que dicen estar dispuestos a dar la vuelta a esto. Ya lo hicieron con la no coalición con el PP. Desde otras formaciones políticas, las más interesadas en que el PAR sume a los suyos los tres diputados para hacer presidente a su candidato, simplemente se dice que habrá reparto de cargos y ahí es donde entrarán los aragonesistas, porque desde el PAR sí se ven las negociaciones en global ya que aspiran a repetir en la presidencia de la Diputación de Teruel (y eso solo lo pueden tener con el PP). Y así, dicen socialistas y populares, irán con quien más les dé.

Otra cuestión son los poderes fácticos de Aragón, y sobre todo de Zaragoza, que brillan mucho en estas fechas. Se dice que tienen unanimidad: lo mejor para ellos sería que Lambán repitiera al frente del Gobierno aragonés, y Jorge Azcón fuera el alcalde de Zaragoza. Lo primero, incluso dicen que ya está hecho entre el presidente en funciones, el líder nacional de Cs --que hace unos meses ya estuvo en el Pignatelli-- y con el expresidente del PAR, José Ángel Biel, que aún manda mucho. Pero hay sectores económicos que no entenderían cómo el PAR deja de lado al PP otra vez y como los populares no se imponen decididamente una vez que en las Cortes de Aragón puede sumar la derecha (con Cs), para llevar a la izquierda a la oposición. Estos sectores, e incluso los poderes fácticos, tampoco verían tan mal que Sara Fernández fuera alcaldesa de Zaragoza. Y a unos y a otros lo de Vox no les incomoda. Incluso los ultras electos en Aragón apoyarían a la derecha sin estar en gobiernos, o al menos no en la primera fila de ellos.

Pero habrá que esperar. Al menos hasta el día 11 que se constituye la Asamblea de Madrid. Porque PP, PSOE y Cs tendrán unos pactos nacionales y esos pesarán también aquí. Con lo que Aliaga y el PAR tendrán que apuntarse (o quizás están ya) al juego nacional si no quieren que sus 3 diputados sean irrelevantes. Eso sí les da pánico.

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