En el partido de la Copa del Rey, el zaragocista Cani recibió lo suyo en sus intentos de atar corto a Roberto Carlos, pero también repartió leña y fue expulsado en el momento más delicado del encuentro. No se podía imaginar que la entrada de Galletti en el minuto 60 le salvaría la vida, como dice ahora. Cani era muy sincero cuando reconocía ayer que fue "muy pardillo" porque se le ve todo, y que gracias al gol de El hueso se ha salvado de una buena bronca: "De no haber ganado me habría llevado más palos que una estera", reconoce.