Que el exdirigente de ETA Xabier Zugalde no haya sido detenido tras romper los precintos que la policía vasca había puesto en la puerta del museo municipal de Artea, después de que el Gobierno vasco y el alcalde de la localidad prohibiesen la exposición sobre ETA que el exetarra inauguró el sábado, resulta difícil de creer incluso en esta España nuestra en la que la ley está a años luz de ser igual para todos. Si a usted o a mí, simples imbéciles que pagamos nuestros impuestos, se nos ocurre romper un precinto policial, dormimos en comisaría. Pero, detener a un exetarra por romper un precinto policial para hacer exaltación del terrorismo, ¡por Dios!, ¡hasta ahí podíamos llegar! Las leyes, en España, están hechas para echar de su casa a las viejecitas que se olvidan de pagar parte del alquiler porque se lían con las cuentas en euros y no pueden pagarse un bufete de abogados como el de los Albertos que las defiendan de los jueces. O para que el presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa, se cisque en las sentencias del Tribunal Supremo que le obliga a disolver el grupo parlamentario de la ilegalizada Batasuna. O, como acabamos de ver, para que un exetarra haga muestras didácticas.

*Periodista