Los pasos fronterizos entre España y Francia por Aragón se están convirtiendo en un auténtico laberinto de problemas. El túnel de Somport lleva ya diez días cerrado por una caída de rocas en un tramo de la carretera al otro lado de la frontera y no se espera su reapertura hasta el día 20 de julio. En Bielsa, el túnel permite --como una excepción-- la bidireccionalidad pese a no cumplir con la seguridad que debe ofrecer un retén de bomberos responsabilidad de la DGA y que exige la administración francesa de Tarbes. El Gobierno aragonés que no se ha mostrado diligente en este asunto, está dispuesto sin embargo a denunciar ante la Unión Europea y el Comité de las Regiones de la UE la actitud francesa respecto al Somport. Incluso ha encargado un informe económico sobre las repercusiones que tiene el cierre en la comunidad. Dos estados y las respectivas regiones más directamente afectadas no pueden continuar con la falta de entendimiento que vienen demostrando respecto a unas comunicaciones internacionales. Están obligados a dejarse de reproches mutuos y buscar soluciones definitivas y compartidas.