Las gentes de IU han celebrado asamblea para cambiar. Que todo cambie para que todo siga igual. Y así ha sido, aunque con mayores tensiones y enfrentamientos que nunca. El invento IU fue patentado por un PCE más que compungido y arrinconado tras los grandes cambios y consecuencias derivadas del desmembramiento de la URSS, un partido comunista español a la deriva que debería hallar el rumbo imprescindible para que su ideología recupere el espacio que la ciudadanía quiera conferirle. El marco democrático necesita la presencia de un PC fuerte, leal, generoso y solidario, como lo fue en la lucha por las libertades y el encuentro de los unos con los otros más allá de colores concretos. Hoy, los comunistas aparecen difuminados en un conglomerado donde se les ningunea (a cambio de nada). Principios tan sólidos como auspiciar la paz, el internacionalismo, la defensa de una clase concreta (la clase obrera), etc., merecen presencia, debate y urnas. Muchos piensan ya que IU como estrategia es un fracaso, un conglomerado donde las cigarras cantan y los grillos comen, mientras que las gentes duras y honradas pierden ilusiones y tiempo. Al grito de "tongo", ha vuelto a ser elegido Llamazares, con una exigua mayoría y producto de maniobras cuando menos oportunistas . Se resiente el modelo, aparecen las corbatas y cuenta más el sillón que la ideología. ¿A qué esperan los comunistas españoles para volver a ofrecernos elementos susceptibles de construir otro mundo? Con boxeadores tocados perderán el combate. Pero hay savia nueva.

*Profesor de Universidad