La negociación de un futuro gobierno pasa por los partidos nacionalistas. Ese peaje irá sin duda a encarecer la operación. Que nunca, en tratando con ellos, ha sido barata.

El PNV, tan orondo como sus propios dirigentes, recios vascos bien alimentados por los presupuestos generales, patriarcales dueños de graneros de votos, pesebres y cuadras (cuadros, perdón), no es, sin embargo, un estómago agradecido. Voraz, siempre pide más, una y otra vez repiten los peneuvistas primer y segundo plato, más postre y chupito, más café doble y puro para celebrar otro éxito negociador. Aitor Esteban, su recaudador en Madrid, ya está haciendo las cuentas para que Pedro Sánchez se vaya rascando el bolsillo, los fondillos del nuevo presupuesto con el País Vasco. Principios de la filosofía de Aitor: cobrar sistemáticamente, por adelantado, sin nada a cambio y sin renunciar a la independencia.

Además de este previsible sablazo, Sánchez va a tener que hacer una oferta suculenta a Esquerra Republicana, si de verdad quiere su apoyo.

Esos grandes luchadores por la libertad y la república, como Gabriel Rufián y Pere Aragonés, están dispuestos, como la mayoría de los dirigentes locales, a poner precio a su idealismo.

El PSOE lo sabe y tratará, en el tira y afloja de la mesa de negociación, ofertar alguna nueva competencia o bicoca con la que sus dirigentes puedan engatusar a sus militantes, incluidos los más fanáticos y cedeerres. Si Rufián, gran hombre de Estado, considera que la oferta de Sánchez es baja, que no incluye referéndums, embajadas, competencias judiciales, amnistías, no la aceptará, y no habrá gobierno. Si la oferta socialista, en cambio, es buena, da juego a los indepes, los mantiene en el machito, en la lucha, y abre la Generalitat a una presidencia rufianesca, Esquerra la apoyará y venderá entre los suyos como una nueva victoria sobre los cimientos e instituciones del Estado enemigo.

Condiciones económicas, por un lado; políticas, por otro. En ambos casos, leoninas e interpuestas por los partidos nacionalistas que niegan la unidad de España y la Constitución.

Pedro Sánchez: factura o fractura. Pagar o hacerse un simpa.