Entrañable este Carod Rovira! ¡Pues no se pone ahora a reivindicar el lado humano de la política, y, más en concreto, su propio lado humano...! Que sí, dice, que también él comete equivocaciones. Que sí, asegura, que también él se cabrea. Lo que sucede es que, a diferencia de muchos catalanes que rumian en silencio su mohina, él se deja llevar y la exterioriza. No porque sea un bocazas o un insensible, no. El va y dice lo primero que le pasa por la cabeza porque es una persona noble. Y buena.

Por ser noble y por ser bueno ha tenido que rectificar ahora su propuesta de boicotear la candidatura olímpica de Madrid. Su gente de ERC, patriotas catalanes ellos, ya se había prestado paladinamente incluso a explicarle a la competidora Nueva York cómo hacerle la cusqui a los madrileños. Pero, ¡ay!, tanta sobrevenida humanidad, tanta palinodia tiene un motivo: el fulminante descenso de ventas que el cava del Penedés ha comenzado a acusar fuera de Cataluña. O sea: la cochina pela.

Como cuando se reunió, siendo consejero de la Generalidad catalana, con el jefe de ETA. Como cuando escribió a los etarras aquella carta abierta tan tierna para que no atentasen en Cataluña, ya que, decía, no era España... En fin, ¡cuánta disculpable imperfección en este político tan fieramente humano! En serio: tengo para mí que eso que se dice del seny catalán es un cuento chino. Porque ¿creen sensato dejar que este tipo mangonee sus pelas? Que lo manden de embajador a Marruecos. Hay antecedentes.

*Periodista