El cierre cautelar de una tienda en Ejea que vendía productos inocuos relacionados con el cannabis causa, en principio, perplejidad. Estos comercios, autorizados por la Unión Europea, son cada vez más frecuentes y en España ya suman más de 350. Al margen de la investigación, no parece que entra en los parámetros de la normalidad que se adopte una medida bajo la justificación de que dichos productos "pueden ser nocivos para la salud". Cuando se comienza por el terreno de las hipótesis frágiles y las meras sospechas se puede terminar en la equivocación grave. Una cosa es la marihuana y otra bien distinta un chicle sin THC.