Cuando en diciembre del 2019 accedí a la presidencia de la Federación de Asociaciones Culturales y Recreativas Interpeñas Zaragoza era consciente de los retos y problemas pendientes a los que tendría que enfrentarme. Sabía que no sería fácil y me rodeé de un gran equipo que me acompaña en el desafío. Lo que nunca pude imaginar fue que la palabra pandemia aparecería en nuestras vidas arrasando, temporalmente eso sí, con nuestra cultura de ocio y entretenimiento, con nuestro día a día, obligándonos incluso a cambiar nuestra forma de relacionarnos y de interactuar. Esto sí que ha sido duro.

La Cincomarzada 2020 fue el último gran festejo popular del que pudimos disfrutar los zaragozanos en general y los peñistas en particular; y por eso hoy 5 de marzo --tras casi un año de cierre de nuestros locales-- quiero reivindicar la figura de las peñas de Zaragoza. De todas las peñas, de las actuales y de las que por distintas razones dejaron de existir, pero que siguen formando parte de la historia del movimiento peñista de la ciudad. Con estas últimas me refiero por ejemplo a La Fogata, Los Zaraguayos, El Panal, Los Cazurros, El Serón, El Barrón y algunas otras más que a buen seguro he podido olvidar… Vayan mis disculpas por adelantado.

Hace más de 40 años

Después de este ejercicio de memoria recupero mi relato para recordar a los más curtidos e informar a los más jovenzanos del papel de las peñas en la ciudad de Zaragoza. Empezaré contando que las peñas nacieron, hace más de 40 años, con el espíritu de reivindicar la cultura popular en la calle e implantar un modelo de festejos populares en la ciudad, algo que hasta el momento era impensable y que aquellos hombres y mujeres consiguieron, no sin tener que enfrentarse a ciertas autoridades del momento que no estaban dispuestas a aceptar los aires de cambio que traía la democracia.

Las asociaciones culturales y recreativas, junto a otras organizaciones, fueron las responsables de recuperar o poner en marcha festejos tan populares como pueden ser las mañanas vaquilleras, la Cincomarzada, el Pregón, la Maratón de charangas e incluso el Carnaval de Zaragoza. Y por motivos como este, la Diputación Provincial de Zaragoza concedió en 1999 a la Federación Interpeñas, en representación de las peñas de Zaragoza, la Medalla de Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal. Un reconocimiento del que, consiéntanme la autopromoción, les invito a ver el documento original en la estupenda exposición Las Peñas de Zaragoza: color y vida de la ciudad instalada en los antiguos depósitos de Pignatelli.

Esta exposición nace de la voluntad de aportar una opción más de ocio gratuito a nuestros vecinos y vecinas de Zaragoza, dando a conocer la historia de sus peñas. Una exposición que demuestra que el movimiento peñista sigue tan vivo como siempre y que deja patente que el entendimiento y la reconciliación entre amigos siempre es y será posible. Paseando entre sus contenidos podrá encontrar el visitante no solo la cara más festiva de nuestras asociaciones, sino también la importancia de las peñas en el tejido social de nuestros barrios, así como su espíritu solidario.

¡Las peñas son maravillosas!

Hacía referencia al comienzo de este escrito a lo duro que ha sido este año de pandemia, pero también ha sido un año que nos ha servido para visibilizar algo que quienes conocemos a fondo el mundo peñista ya sabíamos: ¡las peñas son maravillosas! Y lo son porque están compuestas por peñistas maravillosos. Todos ellos han demostrado una responsabilidad, empatía y solidaridad increíbles. Y no puedo estar más agradecida por ello.

Han sacado fuerzas de flaqueza para ayudar en las distintas acciones solidarias puestas en marcha por Federación Interpeñas Zaragoza y siempre, a pesar de los problemas que pudieran tener, han estado dispuestos a mostrar su mejor sonrisa. También ha sido un año que nos ha ayudado a relativizar nuestros, hasta entonces «importantísimos», problemas. Este año nos ha servido para valorar más lo que tenemos y desear cosas tan simples como pasar tiempo con los amigos, disfrutar de las calles o escuchar una verbena. Por eso desde las peñas miramos al futuro con optimismo, porque las peñas somos amistad, somos calle, somos festejos populares.

Esta pandemia será a no mucho tardar una vivencia del pasado, y entonces las peñas volveremos a reivindicar las calles y plazas de nuestros barrios para la cultura popular, ofreciendo a los ciudadanos y ciudadanas de Zaragoza lo que tanto vamos a necesitar: color y vida.

¡Feliz Cincomarzada 2021!