Desconozco si Rubalcaba se ha propuesto abandonar del todo, la política activa o si va a continuar en ella tras su anunciada decisión de abandonar la secretaría general del PSOE pero, en cualquier caso, entiendo que sus palabras en el debate parlamentario sobre la abdicación de Don Juan Carlos, sirvieron para respetar el proceso sucesorio previsto en la Constitución y para ser fieles a un consenso que no era solo para aquel día.

Fue un consenso que expresó la común voluntad de colaborar para "un tiempo nuevo" y que nadie limitó la Monarquía a la presencia de Don Juan Carlos en la Jefatura del Estado. Me agradó que Rubalcaba dijera también, que ese consenso "nos permite hacer frente a la crisis social, política y económica que ahora vive España". Y su conclusión fue categórica: "votaremos, sí, porque es cumplir con la ley, cumplir con la Constitución que contribuímos a elaborar, que votamos y que defendemos". Sobresaliente cum laude.

Rubalcaba estuvo en su sitio e hizo lo que conocía que era su deber. ¿Y los otros? Los otros opino que algo desiguales estuvieron. No sorprende apenas que un comunista como Cayo Lara. diga que Don Felipe "va a heredar la corona como si fuera una propiedad privada" y "que lo hace mediante un proceso de sucesión gestado de forma oscura" pero sería inútil pedirle a Lara que aclarase qué hay de oscuro en nuestra Constitución que desde luego, desmiente sus afirmaciones; por ejemplo, el artículo 1.3 ("la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria") y el art 56.1 ("el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica y ejerce las funciones que la atribuyen expresamente, la Constitución y las leyes"). El Rey, es el Jefe del Estado pero nunca del Gobierno, que es cosa de los partidos.

Rosa Díez estuvo a mi juicio, atinada: "la forma de Estado no importa. Lo importante es la calidad de la democracia, la ciudadanía democrática, no la forma institucional del régimen que la garantiza". Recordemos que todas las monarquías europeas en ejercicio, respetan el régimen democrático y que nunca tuvo España Gobiernos más independientes de la Jefatura del Estado, que los que ha tenido en los treinta y nueve años del reinado de Don Juan Carlos. Repito que nunca, ni en las monarquías anteriores ni en las dos breves y tumultuosas repúblicas que sufrimos.

Nacionalistas catalanes y vascos se abstuvieron, dado su temor a vincularse con intereses que no les parezcan del todo propios; padecen la miopía de sus inciertos nacionalismos. En ocasiones, la abstención revela miedo y aunque lo llamen institucional, no es más que temor a pronunciarse. Empiezan excusándose con esa abstención y puede que con ella acaben haciéndose indiferentes a deberes más hondos.

Algún otro interviniente en el debate dio más pena que gloria. Empecinarse en sostener lo que no figuraba como objeto de debate, como eso del referéndum, era hablar de lo excusado. Sin más que leer el apartado 5 del artículo 57 de la Constitución, se entiende que "las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica", materia ajena por completo a la del referéndum.

Según lo leído, no faltaron escenas chuscas, como las frases nada agudas ni históricas que algunos disidentes pronunciaron al votar o la ikurriña que sacó del pecho uno de ellos, henchido de heroísmo palurdo.

Al defender el proyecto de ley orgánica, leo también, que el presidente del Gobierno habló desde "la normalidad" y "como síntoma de estabilidad y de madurez democrática". Rajoy como buen gallego, también estuvo en su sitio.

En fin, "la petición de consulta o referéndum, leo que quedó sepultada por algo más del 85% de los votos de los diputados presentes". Sería una burda estolidez suponer que la democracia solo fuera posible entre republicanos; tampoco todos los socialistas son ni tienen que ser republicanos.

En política, la ingenuidad y la simpleza se pagan muy caras.