Mientras el consejero de Hacienda presenta unos presupuestos para el 2015 con una previsión de incremento de ingresos y hasta con una reducción de impuestos con expectativas de crecimiento económico, el mismo documento atribuye por adelantado unas pérdidas de más de 40 millones a las empresas públicas de la comunidad. Es decir, mientras se espera un despertar de la actividad económica de Aragón, las compañías gestionadas desde el poder político no terminan de mejorar sus tradicionales cuentas. En algún caso, como en Motorland, incluso elevan las pérdidas registradas en ejercicios anteriores. Que se haya hecho un esfuerzo en esta legislatura para reducir las empresas públicas no parece ser suficiente, las que quedan, siguen pecando de una gestión en la que no se ve el equilibrio financiero al que se debe aspirar.