Más que nunca, la emergencia global ha puesto en evidencia que el periodismo es un servicio esencial. Es de sobras conocido que las fake news, los bulos, son dañinos para la buena salud social y política de una sociedad abierta y democrática. Pero cuando sufrimos una gravísima pandemia de dimensiones nunca vistas y alcance global, las noticias falsas no solo intoxican la conversación pública, sino que pueden ser dañinas para la salud y muy nocivas en el esfuerzo conjunto de romper la cadena de contagios y alcanzar el final del túnel. En el caldo de cultivo de las redes sociales, las falsedades se expanden más rápido que el propio virus. La vacuna contra los bulos es conocida desde hace mucho tiempo: periodismo responsable, riguroso, contrastado y orientado hacia el bien común. Los medios de comunicación y sus profesionales afrontan esta crisis con los mismos problemas que el resto de la sociedad (el confinamiento, el reto de construir una estructura de teletrabajo completo para un oficio en el que el intercambio de ideas y el debate es primordial), con el deber añadido de tener que informar sobre los múltiples aspectos de la pandemia. Las empresas de comunicación, en especial las de prensa escrita, sufren otra de las vertientes de la emergencia: las consecuencias del parón de la economía. Las asociaciones de editores de prensa y publicaciones periódicas --que representan a 260 grupos editoriales-- estiman unas pérdidas de 250 millones de euros en el sector a causa de la pandemia, con caídas de publicidad cercanas al 80% y la pérdida del 100% de los ingresos de eventos y acciones especiales. En países como Alemania, Italia y Francia, se han aprobado ayudas directas al sector o se permite a las empresas editoras participar de las ayudas generales a la industria. En España, urge que el Gobierno lance un paquete de medidas de choque para el sector de la prensa que ayude a paliar el duro golpe que el parón económico está ya infligiendo a las empresas de comunicación, que proveen un servicio esencial en esta emergencia global.