Hace unos días se producía el cierre de un periódico regional de Minnesota, en Estados Unidos, el Warroad Pioneer, que tenía 121 años de historia. No fue un medio de comunicación que llamó la atención del mundo por ganar premios Pulitzer ni por sus exclusivas sobre los grandes acontecimientos norteamericanos ni mundiales. No. Simplemente, durante todos estos años cumplió sirviendo a su comunidad, dando cuenta de lo que acontecía en su territorio que es una buena forma de comprometerse con él. Seguramente, se aferraron a una frase que sirve de empuje para muchas empresas de todo tipo en todo el mundo y que bien se puede aplicar a los medios de comunicación: «Pensar en global, actuar en local».

Comparto este pensamiento al hilo del foro de periodismo que esta semana ha reunido en Alcañiz a periodistas y profesionales de la comunicación de los principales medios de todo el país donde se ha reflexionado sobre el futuro de los medios convocados por el grupo de comunicación La Comarca y el Ayuntamiento de Alcañiz, principalmente. Un acierto del hoy alcalde, el socialista Ignacio Urquizu, que empezó a organizar el curso cuando ejercía como profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (ahora está en excedencia), y en el que se ha sabido conjugar el interés de los profesionales con la oferta informativa que, como servicio público, debemos trasladar los periodistas a la sociedad.

Y en las exposiciones, coloquios y conversaciones se puso de relieve más que nunca que los medios de comunicación son un elemento clave de la sociedad en la que nos movemos porque durante más de un siglo el oficio periodístico ha ido creciendo en las democracias y al mismo tiempo ha servido para que estas crecieran. En aquellas partes del mundo donde todavía no hay libertad se reclama sobre todo unos medios libres. Los medios de comunicación somos, pues, unos canales, como unas ventanas informativas, que se transforman en un elemento de la construcción de la sociedad en la que nos movemos. Por supuesto, también con espíritu crítico. Ir de la mano de la gente, de las autoridades, de las empresas que apuestan por el territorio y ser un elemento más que se posicione para la construcción y el desarrollo de los distintos territorios no es incompatible con estar vigilante ante todas las actuaciones y hechos que se desarrollen para denunciar lo que no sea correcto. Ese también es nuestro papel, más que nunca.

En Alcañiz se puso de manifiesto que en los territorios pequeños lo hacemos bien. En Aragón se está haciendo bien. Solo así se entiende cómo muchos de los profesionales de fuera de la comunidad que se acercaron hasta Teruel comprobaron cómo la provincia tiene incomodidades en cuanto a infraestructuras (bastantes) pero existe (la provincia) y con mucho gas. Porque allí se explicó que Alcañiz no es solo Motorland y sus millones de euros en rojo. Son también las empresas que producen para todo el mundo lo que no se hace en otro territorio (global), o que se investiga hasta con cadáveres auténticos... Y que se ha invertido mucho dinero en la provincia (con más o menos acierto). Cuestiones todas que han sido recogidas con mucho acierto por los medios de comunicación regionales, como este, y otros locales, y que apabullaron por su desconocimiento a muchos de esos profesionales que se acercaron procedentes de los medios nacionales. Todos se apuntaron a hacer reportajes de lo que emerge en este territorio, y no solo de los sucesos.

Quiere esto decir que si los medios de comunicación regionales y locales hacemos bien nuestro trabajo y podemos conseguir que la sociedad siga viéndonos como necesarios, conseguiremos más por nuestro territorio, por muy pequeño que sea, como Teruel.

Sabido es que sin periodismo no puede darse una sociedad igualitaria, crítica y plural. La prensa libre e independiente sigue siendo el cuarto poder, lo demuestran los numerosos casos de corrupción que ha destapado en los 40 años de democracia española. Y para ejercerlo en favor de los valores democráticos se necesitan periodistas formados en la libertad de pensamiento, el espíritu crítico, la ética y la responsabilidad personal y social. Es cierto que este oficio tiene muchas enfermedades que vienen derivadas de las múltiples crisis: económica, industrial, tecnológica, pero si los medios de comunicación conseguimos mantener esa necesaria simbiosis con la sociedad en la que vivimos, aquí, en nuestro caso, con la aragonesa, estaremos echando mucha más fuerza al territorio, que hace falta.

Y ese es el mensaje que los profesionales de la comunicación, periodistas, economistas, profesores universitarios, sociólogos y otros, dejaron patente en el foro de Alcañiz que debería convertirse en una referencia de la profesión, porque esto revertirá positivamente en el hacer Aragón. Con encuentros como este también se hace territorio, aunque por allí, de políticos, no se acercara más que un alcalde.

nespada@aragon.elperiodico.com