Lo de menos ya es que Abascal haya sido usufructuario de un chiringuito por cuenta del oscuro PP de Aguirre, o que venga fichando para sus listas a exmilitares (la mayoría de muy alta graduación) o civiles cuyo franquismo parece indudable. No, lo peor es que cada vez que el líder de Vox abre la boca dice cosas tan absurdas y tremendas que desbordan sus habituales mentiras y desvaríos ideológicos. Ayer, por ejemplo, bastantes personas de orden que estaban embelesadas con su paleoconservadurismo dieron un pasito para atrás cuando se enteraron de que el reconquistador propone liberalizar la venta de armas «para que los ciudadanos defiendan sus casas». Esto, por supuesto, es un ramalazo a lo Trump o lo Bolsonaro, cuyo objetivo sería disimular con un velo de grotesca y salvaje posmodernidad el estilo «Años 40» del partido ultaderechista. Pero a muchos conservadores semejantes desbarres les asustan y alarman. ¿Dónde va este sujeto?, se dicen.

Ante un electorado que en buena medida se inclinará por votar lo menos malo, las derechas van sumando yerros, tontadas y meteduras de pata. El presidente del PP aragonés da por zanjado lo del trasvase del Ebro, que Casado, su jefe supremo, sugiere en Murcia y Valencia, ahora que el Supremo ha tumbado la transferencia de aguas del Tajo al Segura. En el mismo partido, el encargado de controlar la corrupción ha sido empurado por presunto corrupto. Y de remate, la candidata a las generales por Barcelona llega allí presumiendo de no saber catalán. De traca.

Queda Cs, que ficha gente guapa y esboza maneras actuales... pero que cuando se mete en harina juega con la misma torpeza que sus compañeros de viaje la carta del nacionalismo. Mientras, esboza alternativas como ese feminismo liberal, una de cuyas propuestas consiste en que las mujeres pobres gesten y den a luz (por dinero) a los hijos de la ricas, si es que estas no pueden hacerlo o más bien no quieren estropearse la cintura. Y ya puestos... ¿por qué no legalizar la venta de órganos?

Luego está la cuestión social y la rebaja fiscal. Pero eso... otro día.