Vistos los resultados del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológica (CIS), la constitución del nuevo gobierno presidido por Mariano Rajoy no ha apaciguado la incertidumbre política en España. Aunque los datos no son contundentes, se apuntan algunas tendencias. El PP, coincidiendo con el rebrote del escándalo del Yak-42, pierde un punto y medio de apoyo electoral y se queda en los niveles de las elecciones del pasado mes de junio. Un retroceso que beneficia principalmente al PSOE a pesar de tener pendiente su congreso. Podemos y Ciudadanos, también sumidos en procesos congresuales, parecen haber quedado estancados con un ligera tendencia a la baja. Esta tendencia de los sondeos se produce en un momento decisivo de la legislatura. La próxima tramitación de los presupuestos generales pondrá definitivamente a prueba los apoyos de Rajoy en el Congreso y la viabilidad del Gobierno recién constituido. Nada indica que sea posible alcanzar una mayoría estable y está por ver si el ejecutivo del PP tiene suficiente cintura para moverse en una geometría variable como la que exige la situación. Rajoy puede tener la tentación de forzar unas nuevas elecciones vistas las encuestas pero nada indica que las urnas arreglasen el problema. Desde las elecciones de diciembre del 2015 hasta este último sondeo del CIS el mensaje de los electores es el mismo: negocien.

Cabría suponer que Echenique, secretario de Organización de Podemos y principal líder del partido en Aragón, improvisa sobre la marcha a la hora de fijar su posición respecto de los presupuestos de la comunidad para 2017, que ya deberían estar aprobados. No quiso negociar sin disponer de un borrador claro; lo cual podía entenderse, aunque hubiera sido muy interesante conocer su posición previa, sus exigencias y sus condiciones. Pero luego tampoco ha sido capaz de fijar algún criterio concreto y comprensible. Ahora reclama nada menos que el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, no sea el negociador, como si acabase de comprender que tal personaje es inaceptable, ¿incentivado quizás por las últimas manifestaciones y declaraciones exigiendo los nuevos colegios del sur de Zaragoza o mejores equipamientos sanitarios?

Siguiendo el hilo de esta deducción, parece probable que el dirigente de Podemos-Aragón no haya sido capaz todavía de tomar decisiones a partir de un análisis riguroso de la ejecución de los presupuestos de 2016 y del borrador para el año en curso. Tales decisiones habrían de incluir una batería de propuestas específicas. No solo para regatear, como ha sido habitual, una u otra partida, sino para proponer la utilización de técnicas, prioridades y compromisos diferentes. En estos asuntos hay que saber qué se quiere, y para qué.