En el Congreso de los Diputados, Aragón pinta menos que Pichorras en Madrid. Siete miembros por Zaragoza, tres por Teruel y tres por Huesca. Nada. Y no me vengan con que el Senado se ocupa de la representación territorial. Porque el Senado tampoco pinta mucho.

Trece congresistas podrían ser una minoría con cierto poder, si no fuera por que cada uno vota lo que madre y padre manden. Mi añorado José Antonio Labordeta, durante sus ocho años de beduino, trató ingenuamente de formar un lobi aragonés. No pretendía tanto que los trece votaran al unísono, sino reunirse para almorzar, compartir ideas y afectos. Se quedó tan solo…, a pesar de que la entonces presidenta de la Cámara fuera zaragozana.

Durante los tiempos del bipartidismo Aragón casi siempre ha tenido un diputado aragonesista en la Carrera de San Jerónimo. En la etapa del mosaico ideológico, no queda espacio para más teselas. Sus señorías serán de donde sean, especialmente de donde pasten, y las decisiones para esta tierra no se toman desde el amor.

Sin haberse celebrado comicios, ya estoy preocupado. Las derechas van por separado, aunque no dudo que actuarán conjuntamente, y las izquierdas corren como vaca sin cencerro. Que digo yo, ¿habrá aragonesas y aragoneses en esa futura cámara? Los habrá, otra cosa es que ejerzan como tales.

En precampaña, Ferraz ya ha metido mano y trata de colocar en la lista por Zaragoza a su fichaje contra la pobreza infantil. A mí la pobreza de la infancia me quita el sueño, pero tal vez ese candidato pudiera ir por una provincia rica en escaños. No sé, Madrid o Sevilla. El Partido Aragonés, acostumbrado a acudir a comicios nacionales de la mano de los populares, anuncia que no presenta candidatura. ¿Y Chunta Aragonesista? Chunta es consciente de que miles de votos pueden convertirse en inútiles, y trata de coser con Izquierda Unida y con Podemos. Sorprende el portazo que han recibido, especialmente de Pablo Echenique, quien creí que era aragonés, aunque él asegure en la intimidad que viene de Francia.

Quien más agudeza ha mostrado ha sido Ciudadanos, que se ha cobrado una buena pieza, y demuestra que cree en ella porque la colocan la tercera por Madrid. Eso es aragonesismo. Porque yo espero que Sara Jiménez, a quien adoro, nunca olvide que es tan oscense como gitana.

Ruego un poquico de atención y de sensibilidad. Que somos pocos, pero no imbéciles.

*Escritor y profesor de la Universidad de Zaragoza