La educación es responsabilidad de la sociedad (de toda la tribu como les gusta decir a los pedagogos y psicopedagogos) no solo de la familia y se basa en inculcar en el alumnado tolerancia y respeto. Quizás los que defienden el pin parental, temen que sus hijos sean educados en la tolerancia y no en el desprecio (o en el odio) hacia la persona diferente por su raza, orientación sexual y creencias. Lo que temen, en realidad, es a la propia educación que fomenta la inclusión y que lucha contra todo tipo de segregaciones, odios y fobias.

Vox ha conseguido introducir otro eslógan identitario para oponerse a todo lo que suene a feminismo o a los derechos del colectivo LGTBI. Lo que en realidad pretenden es una educación en valores a la carta según la ideología de los padres, y en ese camino arrastran al PP y Cs que, bien por necesidad de las coaliciones, o bien por ideología similar, consiguen generar un debate innecesario pero muy peligroso en materia educativa. El tema sería una anécdota más del conflicto político entre partidos si no afectase a personas concretas y a situaciones reales por las que pasan dicho colectivo en las aulas y en la sociedad en general. Según el informe elaborado por la Felgtb en el 2018, el 60% del alumnado ha sido testigo de ataques y ciberacosos a integrantes del colectivo y de personas que son percibidas como tales o incluso hacia aquellos que los defienden y apoyan. Chistes, insultos, golpes o aislamientos son algunas de las formas en las que se expresa según este estudio, lo que lleva a que el 43% de quienes lo sufren hayan pensado alguna vez en el suicidio.

No tiene ningún sentido cuestionar unas actividades del programa educativo que son debatidas y aprobadas en el consejo escolar de los centros del que forman parte las familias y que solo pretende informar y sensibilizar acerca de la orientación sexual .

Resulta curioso que los que tanto hablan del cumplimiento de la legalidad en Cataluña, rompan en materia educativa con esa legalidad que afecta a todo el Estado y tenga que ser el Gobierno quien judicialice el pin parental en Murcia para restituir dicha legalidad. Sorprende al menos. Parece que en educación sí se puede parcializar España según la ideología de los padres.

Lo grave es que Vox consiga cambiar la agenda educativa en un momento en que la ministra inicia su legislatura anunciando el cambio de la LOMCE y consigue, junto al PP y Cs, crear un nuevo frente de conflicto con el gobierno de coalición con la deriva del pin que, a buen seguro, le dará muchas horas de tertulia y titulares de prensa. Si generan conflicto con este tema, lo que nos espera con los cambios anunciados de la nota de Religión, el cuestionamiento de los conciertos de los centros que segregan al alumnado o los conciertos a demanda. Esos sí son cambios de enjundia que el Gobierno debe acometer con la autoridad que le otorga la mayoría social que lo apoyó en las urnas.

La educación no necesita de estos debates innecesarios, lo que necesita es que el 5% del PIB, anunciado por el ministerio sea una realidad para acometer los muchos problemas que tiene como constatan los informes internacionales en donde Murcia, por cierto, no sale muy bien parada si la comparamos con el resto de comunidades autónomas. Problemas que pasan por revisar la formación y el acceso del profesorado, la escolarización del 0 a 3 años, el abandono escolar, la FP Dual, las becas, así como derogar una ley que nació sin consenso y fue incapaz de resolver los numerosos problemas que tiene la educación en nuestro país.

*Consejero del Consejo Escolar del Estado