La SER lo difundió; el señor Aznar, desde México, lo desmintió, y la cadena radiofónica lo ha ratificado. Interesante polémica la que saltado a la actualidad con el tema de las pistolas de los guardaspaldas del expresidente del Gobierno, en la ciudad de Miami. Según una versión, los esbirros eran cuatro y dos de ellos pretendieron montar en el avión de Cancún con las armas en la sobaquera, violando las leyes norteamericanas, postura de la que su jefe Josemari no se mantuvo al margen. Viajaba con su esposa doña Ana y su hijo Alonso, y no quería tener problemas en el viaje sobre cielo mexicano, por el que puede estar rondando el fantasma de Pancho Villa, montado en un caballo volador. Según el desmentido del aludido, no hubo ningún incidente en el aeropuerto entre sus escoltas y los agentes del organismo norteamericano de Seguridad en el Transporte, pues en todo momento las pistolas estuvieron bien guardadas en la bodega del avión, tal como está ordenado. ¿A quién creer? Que siga la polémica y que las partes aporten testigos. La confrontación de versiones tan dispares puede animar el monótono panorama de agosto. Por ejemplo, que se diga si se le oyó al señor Aznar aquello tan español de "no sabe usted con quién está hablando". Lo pueden estar creyendo muchos españoles, pues por algo le une una gran amistad con los hermanos Bush, George, el hombre más poderoso del mundo, y Jeb, gobernador de Florida. Que llamaran por teléfono a uno o a otro y se enterarían los agentes de quién era aquel señor del bigote al que protegían los celosos escoltas. La SER insiste en su versión. ¿Qué tiene que añadir el viajero señor Aznar? *Periodista