El Plan Impulso surgió como iniciativa del Gobierno aragonés para favorecer la creación de empleo ante las dramáticas cifras de paro que soporta Aragón. La respuesta dada por el PP en sede parlamentaria sobre cómo ha ido la iniciativa en lo que afecta a los sectores más desfavorecidos por el desempleo --menores de 30 años, mayores de 45 y de larga duración-- apenas recogen la puesta en marcha de 1.400 empleos. Otros mil estarían incluidos en el resto de supuestos. Y hay algunas comarcas en las que no se ha crado ni un puesto de trabajo nuevo. Resulta sorprendente la escasa incidencia laboral que ha tenido el programa y, sobre todo, cómo en algunas intervenciones los líderes populares habían llegado a cuantificar la efectividad en 4.000 empleos directos y otros tantos indirectos. No es un asunto para dar cifras a voleo.