En 141 de los 731 municipios aragonesas la vara de alcaldesa la lleva una mujer. No llega aún al 20% del total, si bien la presencia femenina al frente de los ayuntamientos no ha dejado de crecer en los últimos mandatos, desde 2007: 102 regidoras dicho año, 117 en 2011, 136 en 2015... Un aumento paulatino aunque lento. La política municipal, como se puede comprobar, es todavía un asunto de hombres.

No existen grandes diferencias entre los partidos. El PSOE es el que más alcadesas alinea en las provincias de Huesca y Zaragoza, y el PP, en la de Teruel. Lógico porque son, respectivamente, las dos fuerzas políticas con mayor presencia en los ayuntamientos. Aunque han sido los únicos que han tenido mujeres al frente de los concejos de las tres capitales aragonesas, los conservadores no destacan ahora mismo por su feminismo orgánico, al contrario que el PAR.

Al margen de las anécdotas, la conclusión evidente es que la mujer sigue en una posición secundaria en lo que a la acción política se refiere. Sobre todo en la esfera local, que es en realidad el escalón básico, el soporte de todo lo demás. Todavía cabe seguir avanzando en pos de la igualdad, porque las responsabilidades institucionales también son un lugar importante a la hora de quebrar el techo de cristal. El poder en la cosa pública no lo es todo, pero a veces resulta determinante.