Por fin el consejero de Industria, Arturo Aliaga, se reunió ayer con los representantes de los trabajadores de la planta de Schindler en Zaragoza, amenazados por la deslocalización, que causará 119 despidos. Sin embargo, la reunión apenas fue una toma de contacto. Aliaga también tiene previsto reunirse con los responsables de la empresa, con los que tendrá que ser contundente a la hora de mostrarles el rechazo a la deslocalización. Y más habiendo recibido ayudas públicas.