La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, ha reprochado al poderoso vicepresidente del Gobierno para temas económicos, Pedro Solbes, su poca sensibilidad para entender que millones de españoles están pendientes de que los socialistas cumplan su promesa de cambiar a fondo la política de vivienda. El plan de choque para paliar a corto plazo esa necesidad --que el Gobierno debía aprobar este viernes-- quedará pospuesto para otra reunión del Ejecutivo presumiblemente porque siguen sin evaluarse los incentivos fiscales que incorpora.

No existen razones políticas ni económicas para que se dilate la aprobación oficial de un plan de vivienda que acabe con el problema actual. Zapatero empezó a ganar credibilidad en la oposición cuando, en julio del 2002, eligió las dificultades de los españoles para acceder a la vivienda como ejemplo de la precariedad de la política económica del PP. Los paliativos que han propuesto los socialistas desde entonces son el fomento del alquiler, la revisión de las bonificaciones en el IRPF por la compra de vivienda y la cooperación activa con autonomías y municipios dirigida a la promoción de inmuebles a precios asequibles. La fórmula no es milagrosa, pero es la adecuada.