El expresidente Aznar celebró la media vuelta ¡arrr! del Supremo, y calificó de «populismo judicial» su previa sentencia sobre las hipotecas. ¿Populismo? El renuncio de uno de los dos altísimos tribunales de España (el otro es el Constitucional) ha tenido el efecto de colocar ante los ojos estupefactos de las gentes de orden la imagen de una justicia que puede interpretar la Ley a su gusto o a gusto de quien tiene la sarten por el mango. Por supuesto, a la otra parte de la ciudadanía, la más desordenada, el supremo vaivén les ha sorprendido mucho menos. Después de ver cómo se expulsaba a los jueces que se metían en ciertos jardines, de la Doctrina Botín (un precedente con nombre y apellidos, casi nada), de las instrucciones interminables, de las prescripciones a la medida y de las contradicciones entre instancias, cualquiera que tenga un mínimo espíritu crítico ya está curado de espanto.

Lo malo es que ahora mismo el gobierno de España y sus regiones, en buena medida, ha sido puesto en manos de los jueces, que deciden no solamente quién es culpable o inocente, sino cuál es el calado de las acciones políticas (¿rebelión?, ¿sedición?, ¿desobediencia?), qué leyes son aceptables o no, qué colegios deben ser concertados diga lo que diga la Inspección, qué impuestos son legales, quién prevarica, quién debe ser indemnizado a cargo del común y todo lo demás.

Todo ello cuando el consenso del 78 y su correspondiente pacto social han saltado por los aires, y aquí cada cual considera populista (también fascista, comunista o masón) al de la acera de enfrente. La demagogia de toda la vida, la manipulación y la mentira se han disfrazado de posmoderna posverdad. De esa manera los fallos judiciales se convierten en realidad inverosímil, la Constitución puede ser una cosa y su contraria, y los datos de Eurostat reseñando el abultado déficit español en 2017 sirven para que los conservadores adviertan que Sánchez nos lleva la ruina. Los hay incluso que esperan de Trump que ordene disparar contra la caravana de inmigrantes. Por pobres... y populistas.