Los populares aragoneses, en líneas generales, están manteniendo muy bien el tipo ante la crisis nacional del partido. Como decía ayer el presidente regional, Luis María Beamonte, no es el momento de abrir debates regionales que podrían conducirles a una crisis mayor. Sobre todo porque, guste o no, la renovación en el partido aragonés ya se produjo tras la salida de Rudi y los líderes provinciales. Otra cosa es que esos cambios surtan el efecto que querían en parte por el acierto en las personas y también por el rebote de la crisis nacional. Pero no es hora de Aragón.