El pasado martes, Mariano Rajoy dio a sus compañeros del PP los primeros indicios de cómo piensa pilotar la reorganización del partido para adaptarlo a su papel de oposición. Los segundos de Rajoy serán Angel Acebes, en la sede de Génova, y Eduardo Zaplana, en el Congreso. Como los líderes del PP --con la única excepción de Ruiz-Gallardón-- son muy parecidos entre sí al proyectar su fondo y forma, estos nombres no encarnan diferencias sobre el anterior secretario general, Javier Arenas, a quien parece encomendársele la dura y menos brillante tarea de mejorar la implantación en Andalucía. Pero llama la atención que los ascendidos sean los dos máximos protagonistas de la polémica sobre la desinformación en el 11-M. Eso refleja que el PP aún no entiende el rechazo que provocaron esa y otras conductas del Gobierno. Por otra parte, el estrecho vínculo entre Acebes y Aznar hace pensar en el protagonismo que Rajoy ofrece a este último cara al futuro.

Mañana sábado, en el desagravio a Aznar y Rajoy previsto en Madrid, el PP tendrá otra ocasión de mostrar en público cómo encaja su derrota. Y, más aún, el tono con que arranca en su papel de oposición cara a la próxima legislatura.