Los 20 países más industrializados del mundo han decidido coordinar medidas para impulsar el crecimiento mundial un 2% en cinco años. El secretario general del Tesoro de España regionaliza tan universal propuesta y afirma que el

G-20 está analizando iniciativas como las que se aplicaron en España para salir de la crisis, pero a nivel global. Al final vamos a ser el ejemplo para el mundo desarrollado, ya lo que faltaba. No le vendrá nada mal a Mariano Rajoy semejante referencia mientras prepara el debate sobre el estado de la nación. El mundo de los países ricos sigue los pasos del gran estadista que aquí no sabemos apreciar. Seguro que mañana sacará a colación los elogios que esos organismos que manejan el planeta le dedican por hacer lo que hace aunque alcanzó el poder diciendo que no lo haría. Ya da por encarrilada la legislatura con los tijeretazos sociales de los que presume por haber conseguido que la prima de riesgo no sea titular diario a cambio del empobrecimiento de la grada, que los del palco bien que medran. Se pagan intereses más bajos pero la deuda pública sigue su imparable escalada. ¿Dónde está el mérito? Agotado ya el argumento de la herencia, y debiendo recuperar la comprensión de un electorado centro derechista que ha sufrido en sus bolsillos las políticas del registrador, es momento de atraerlos con el cebo de reformas fiscales que les beneficien. Primero, con el anuncio, que crea expectativas en los potenciales beneficiarios. Y en el año electoral, con los hechos, que son los votos necesarios. Periodista