La todavía presidenta de la Diputación Permanente del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, puso fin ayer tarde a la VII Legislatura, se despidió de los parlamentarios y les agradeció el esfuerzo y el trabajo que han desempeñado durante los últimos cuatro años. Pero no tuvo la misma respuesta por parte del PSOE, IU, PNV y el grupo Mixto, que se abstuvieron en el momento de aprobar su gestión. Rudi, que hoy abandona el sillón de la presidencia para ocupar su escaño en los bancos de la oposición, es ahora uno de los muchos exaltos cargos que el PP tiene que reubicar en puestos de relevancia. Tradicionalmente el PP los ha situado en la mesa del Congreso o en las presidencias de comisión, pero esta vez las posibilidades son menores, dado que el primer partido de la oposición sólo dispone de cuatro puestos en el órgano de gobierno de la Cámara y unas cinco presidencias de comisión. Alguna de estas presidencias podría ser ocupada por Rudi.