Han pasado ya dos meses de la desaparición en Zaragoza del joven Victor Da Silva durante la pasada Nochevieja. Ante la convocatoria familiar y de los amigos de realizar una concentración para mantener vivo su recuerdo, los más allegados están recibiendo presiones policiales y políticas del entorno de la Delegación del Gobierno para que no se realicen este tipo de actos. Una actitud oficial de difícil explicación, ya que no se va contra nadie.