Los informes oficiales sobre los abusos a presos iraquís en Abú Graib han coincidido con el inicio de las primeras diligencias preliminares a prisioneros de Guantánamo, y ambos hechos esbozan un siniestro panorama de la violación de los derechos humanos en la "guerra contra el terrorismo" declarada por Bush.

En la cárcel de Bagdad, las torturas eran generalizadas, puesto que ahora se amplía a más de una veintena el número de militares, médicos y mercenarios responsables de prácticas de sadismo con los detenidos, incluidos adolescentes de sólo 15 años. En la base de EEUU en Cuba, se ha tardado más de dos años --y sólo a instancias del Supremo-- en conceder a los cautivos un remedo de juicio en "comisión militar", sin abogados ni derecho a apelación.

En Abú Graib, EEUU creó "presos fantasmas" que ocultó a la Cruz Roja Internacional. En Guantánamo (donde fueron internados hasta niños de 13 años), los crueles interrogatorios y el aislamiento total llevaron a muchos presidiarios a intentar suicidarse. Además, 134 fueron liberados, porque eran inocentes, tras pasar entre 18 meses y dos años sometidos a un régimen inhumano de reclusión. ¿Es ésa la libertad duradera que promete Bush?