Los presupuestos del Gobierno de Aragón están bloqueados. Los presupuestos del Gobierno de España están bloqueados. Los presupuestos de una casi innnumerable lista de municipios, comarcas y diputaciones del Estado español están bloqueados.

¿Quién los desbloqueará?

El desbloqueador que los desbloquease buen desbloqueador sería, habría que escribir, en lugar de será, porque no se le ve por ningún lado, no se perfila, no asoma.

En Aragón muchos pensaban que ese desatascador, más que otro embudo, iba a ser Pablo Echenique, el showman de Vistalegre 2, pero Podemos no ha podido desbloquear el presupuesto de Lambán porque, dicen, éste no les cumple, no apunta bien las partidas que le indica Echenique, no cesa a su consejero, el socialista Gimeno, el hombre de las cuentas, al que los morados culpan de atascar la máquina presupuestaria y hacerles trucos como el trabalenguas de enladrillar el cielo del poder. Podemos no puede aprobar el presupuesto porque no puede. El PSOE responde: pueden paralizarnos.

Unos y otros, amén del resto de la Cámara, los encastillados populares, los indiferentes Ciudadanos, los atenazados nacionalistas deben saber, saben a ciencia cierta que su relajación presupuestaria, sus sesenta días de retraso con respecto a ese gran proveedor que es el pueblo aragonés está pasando factura a muchos de sus integrantes.

A profesionales y parados, a alumnos y dependientes. Los diputados autonómicos saben que hay obras que se van paralizar y otras que no se podrán emprender. Que hay plazas que se amortizarán y otras que no saldrán a concurso. Que el daño a la sociedad, por su desacuerdo, se está produciendo ya y se agravará en las próximas semanas. Saben que la prórroga de un presupuesto no es ningún recurso, ni siquiera el último, sino la expresión de un fracaso político, institucional y democrático, y que en estas condiciones mal se puede gestionar, proyectar. Aragón se estanca por culpa de estrategias interesadas, cuando lo que interesa a la gente es la gestión.

Pero en Madrid tampoco Mariano Rajoy puede sacar pecho. Sus presupuestos están igualmente paralizados. No hay nuevas inversiones, apuestas, proyectos. Las cuentas dan vueltas y vueltas en un hemiciclo que empieza a convertirse en un círculo vicioso, en un muro insalvable...

¿Quién lo desenladrillará?