Con una quincena del verano ya vencida, los hoteleros de Zaragoza y provincia han hecho sus cálculos sobre el volumen de reservas y pintan peor que el año pasado. Sobre todo en la capital, donde las previsiones --variables, eso sí-- están en una 36%, un 5% por debajo del 2017. Siete de cada diez turistas serán nacionales y entre los extranjeros seguirían fieles británicos y franceses y caerían los italianos, en beneficio de portugueses y alemanes. Pero lo más llamativo es que no se amplía la estancia de estos en la capital y se mantiene el perfil del visitante de paso. Los esfuerzos por vender la ciudad fuera y aumentar el número de días de alojamiento no parecen dar sus frutos. ¿Se trabaja en la buena dirección?