Desde siempre las pugnas en el PP, aragonés y nacional, se han mantenido muy dentro del partido, de forma que de puertas hacia fuera siempre se ha aparecido como una piña, aunque no lo fueran. Las primarias que hoy se celebran para elegir al nuevo presidente nacional han puesto al descubierto estos enfrentamientos, aparte de los problemas que tienen estas organizaciones con el cobro de las afiliaciones. A ver cómo queda el colectivo mañana, o mejor aún, después del congreso de julio. No sea que lo que se ha celebrado como un avance en la participación del partido sea un retroceso de cara al futuro del PP en comunidades como la aragonesa. De momento aquí se dirige bien, pero habrá que ver cómo se digiere.