No me refiero a las primas parentales que de ordinario, son fiables y merecen nuestro aprecio; me refiero al sinuoso método cuya ideación atribuyen a la agencia Bloomberg aunque muchos nos admiremos de que operaciones tan abusivas, se puedan utilizar a la vista, ciencia y paciencia de los Poderes Públicos sin que estos encuentren razones para acudir al quite.

El respeto al ejercicio de las libertades privadas no alcanza a legitimar maldades de apariencia democrática, como ese comadreo especulativo que aquella agencia u otras similares, llevan a cabo amparándose en lo que llaman "rigor contable" cuando sólo son simples argucias numéricas para elevar la sedicente "prima de riesgo" que en tiempos más justicieros, se castigaba enviando a la cárcel a los beneficiarios de la usura. La usura siempre será un delito porque propicia inicuamente, un interés que excede al normal del dinero.

No veo por parte alguna, que sea legítima la "libre circulación" de esas sanguijuelas aunque se presenten como grandes innovadoras, para engañar al débil induciéndole a confiar en quienes no lo merecen; tales chupasangres gozan de cierta libertad de circulación, dado que no cabe, no se sabe o no se quieren interceptar sus maniobras, pese a que es bien sabido que la economía pública y por ende, la nuestra en general, iría mejor sin la intervención de esos arrebatacapas.

Nunca he creído eso tan peyorativamente liberal, de que la economía marcha mejor sola si no se mediatizan las iniciativas de los particulares; es una mentira y basta confrontar semejante idea con las que tienen esos "bloombergs" de ahora, cargados dicen, de buenas intenciones pero que se proponen solamente, ganar ellos más, todo lo más que puedan, a costa inevitable de engaños y penurias ajenas.

Más importante que el dinero y el negocio, sería el indispensable sentido común que nos permitiera a todos vivir sin que los menos (aunque más sapientes o más sinvergüenzas) se lucren sin límite, a costa de la mayoría. Recuérdese también, que ineludiblemente, cuanto se compre a crédito es siempre y sin excepciones, más caro que pagarlo al contado; se incrementa la capacidad de compra pero se aumenta el costo y el consiguiente empeño.

¿Lo aprenderemos ahora, que la economía es o va a ser, una asignatura de la enseñanza media? Debería constituir una grave obligación bancaria, comercial y política, la de decir la verdad al pueblo llano y no propagar mentiras en forma de publicidad: la tv tendría que ser más educativa y menos publicitaria es decir, más verídica y menos comercial. El optimismo es necesario, pero es una trampa si se alienta, al precio de faltar a la verdad.

El fenómeno creciente del llamado capital financiero es uno de los caracteres más preocupantes de la globalización, aunque anterior a esta. Dice algún experto que ese incremento tiende al infinito y que es una consecuencia del estancamiento económico y de la disminución de la tasa de ganancia de los setenta que llevó a desplazar muchos capitales hacia ámbitos netamente especulativos para asegurarse mayores tasas de beneficios con menores riesgos.

Se calcula que nada menos que un 95% de la actividad económica actual, es de tipo financiero y que solamente existe en el mundillo golfo a veces, de las meras órdenes de compra y venta. ¿Será verdad que sólo el 5% restante se alinea en las filas de la economía real?

Ese modus procedendi, se ampara en algunos dogmas liberales y va apartándose de la política que cada vez será más inoperante si no se afronta con éxito, ese grave riesgo. Sería arduo adivinar el porvenir que nos espera si los agentes de esa masa flotante de inversiones financieras, se ubican de modo parasitario, en situaciones que los poderes públicos no afronten.

Lo que advierto no es algo que pueda suceder, ¡es algo que ya sucede! y que puede acabar consolidando una rara hegemonía de bancos e instituciones financieras privadas e incontroladas mientras en Bruselas y en otros lugares, la UE y sus afines se siguen reuniendo para ¿hacer política a condición de que no tenga contenido económico? Insisto: ¡ojo con esas primas!