Sumidos todos en la tristeza y dolor del final previsto y anunciado de Emilio Gastón Sanz, la sociedad civil zaragozana y aragonesa, así como nuestras instituciones y representantes políticos, como los medios de comunicacion, de modo y manera general y universal, casi, han glosado su figura desde sus múltiples facetas. El Emilio Gastón «politico», «jurista», «aragonés comprometido», «poeta de la libertad y la utopía», «pensador» y hasta «escultor del hierro y de las formas».

Yo me permito escribir estas líneas sobre mi primo Emilio desde esa mirada cercana, pues hay aspectos humanos, afectivos, familiares y hasta genéticos y educacionales, que deben y pueden ser comentados, con la aquiescencia de Mary Carmen Gascón, su soporte y compañera las últimas decadas en este planeta Tierra. Y lo hago cerca de una brillante escultura, que dedicó a su tío Luis (nuestro padre) médico y futbolista durante sus estudios, en Primera División, y que tituló «Mi tío Luis, tirando un penalti». Como testimonio del profundo cariño que se dispensaban, y gozaban, tío y sobrino.

La vida y la trayectoria de Emilio esuvieron muy marcadas por su padre, Rafael Gastón Burillo, cheso y excelso letrado, antitético del pensamiento único, desde 1936, profesor de griego de la Universidad de Zaragoza, liberal, laico y con una excepcional formación intelectual y erudicción humanística y jurídica. Aragón ha sido siempre tierra del Derecho, le oí de joven al tío Rafael. Junto con su padre, nuestro abuelo materno, Enrique Sanz Alonso, fue tambien un libre-pensador, enamorado de la Institución Libre de Enseñanza, demócrata, liberal, laico y muy esperanzado con la II República a su llegada, y entristecido al final (como tantos grandes con su evolución).

Abuelo patriarcal de 23 nietos, a los que sin imponer, nos transmitió sus valores, y responsable, enviando a sus hijas al instituto, en vez de aprender a hacer bordados, lo que permitió que mi madre por ejemplo fuese una de las primeras médicas de Aragón y que otras hermanas hicieran sus estudios. Nos inculcó la honestidad, la integridad, la generosidad, la lealtad y el compromiso social,como los valores cajalianos. Igual que la fraternidad familiar, que desarrollamos esos 23 nietos en la infancia y juventud. Y que persiste.

Como se ha resaltado, tras la formación del Partido Socialista de Aragón (PSA) y obtener el escaño de las Cortes Constituyentes, Emilio Gastón tuvo mas proyección popular en la Transición, siempre desde vectores como la libertad, Aragón y el derecho.

Modernizó la figura del Justicia de Aragón cuando fue elegido para el cargo en 1987, y su universalidad en la convivencia, le llevó como a su padre, a ser «esperantista»·, la antítesis de la confusión de la Torre de Babel, en la búsqueda de poder comunicarnos todos los seres humanos en el mismo idioma.

Se nos ha ido un hombre irrepetible. El «nubepensador», autor de poemas como El hombre amigo Mundo, Y como mejor proceda, digo y el reciente de La sonrisa de la Nada.

Concluyo con estos tres versos de Emilio, gracias a los que siempre permanecerá con nosotros.

- Tantas frases de amor no se conocen. Libertad vida mía, Libertad.

- Que pronto me compraron el uso de razon. ¡Qué pena tengo!

- ¿Todavia se venden los retales del cielo de la liquidacion católico-romana?

Descansa en paz, hombre bueno.

*Médico