Un endiablado, y cuando menos confuso, sistema de adjudicaciones burocráticas amenaza con dejar en tierra este verano al considerado mejor hidroavión del mundo para combatir los incendios forestales. Adquirido por Medio Ambiente por 26,5 millones, el Canadair 415 fue adscrito al Ejército del Aire, cuyos pilotos iniciaron las prácticas con este sosfisticado aparato capaz de conseguir resultados únicos contra las llamas. De forma sorprendente y por el procedimiento de emergencia, Medio Ambiente adjudicó a una empresa privada la gestión del avión sin mediar concurso público. La decisión fue tomada por el entonces ministro y hoy eurodiputado Arias Cañete. El argumento de que se necesitaba acelerar los trámites para que el aparato fuera operativo este verano y que un concurso público retrasaría el proceso, no resulta suficiente si se quiere evitar la sospechas que acompañan siempre a una adjudicación a dedo. La situación, además, roza el esperpento ya que ahora no hay pilotos civiles capeces de volar en el superavión y aún no se sabe si podrá iniciar la inminente campaña.