Reconocer que existe un problema grave en Nochevieja por la falta de transporte público y aceptarlo porque es un problema que viene de lejos, no es lo que se espera de una corporación municipal que entró en el Ayuntamiento de Zaragoza para cambiarlo y hacerlo más acorde a los tiempos. Y lo que menos se espera del responsable del transporte público, Jesús Sarría, es precisamente que recomiende utilizar el coche privado para moverse por la ciudad en una noche de juerga colectiva. ¿Puede el Ayuntamiento organizar un cotillón multitudinario en la plaza del Pilar y pretender al mismo tiempo que todos los zaragozanos accedan a la plaza en sus propios vehículos? Lo hace, claro, pero no deja de ser un contrasentido que habrá que revisar para la próxima celebración. Sobre todo porque Zaragoza es la única gran ciudad española que no tiene transporte público en la Nochevieja, y los ciudadanos bien merecen un servicio, aunque sea mínimo.