Aunque no trajo un pan bajo el brazo, el pequeño Aronas no saldrá de la maternidad del hospital Miguel Servet como llegó. De eso se van a encargar el personal sanitario que atendió a su madre en la Nochevieja y la propia gerente del hospital, que está evaluando la solidez de los apoyos que se reciben. La historia de la familia del pequeño Aronas, que nunca ha conocido un hogar, ha generado una corriente de solidaridad auspiciada por los profesionales del centro sanitario, que en una noche tan especial no escatimaron esfuerzos para atender a una madre absolutamente desprotegida que parió al primer aragonés del año.