Hasta ocho veces salió Rajoy a la calle a protestar contra la política antiterrorista de Zapatero. Y no lo hizo en su condición de exministro del Interior pues Zapatero no hizo nada, absolutamente nada, que no hubiera hecho o intentado antes el Gobierno de Aznar con peores resultados, todo hay que decirlo. Lo hizo en el ejercicio de una insensata oposición que agitó el voto entre el sufrimiento de los familiares de las víctimas y alimentóel rencor entre la derecha más antidemocrática y más fura. Y casi siempre, como escuderos de Rajoy, María San Gil y Ortega Lara. que se emocionaban ante su férreo discurso antiterrorista, convencidos de que con el PP en el poder España volvería poco menos que la siniestra época de los GAL. Rajoy salió a la calle cuantas veces fue necesario para sacar tajada de la política antiterrorista de Zapatero, esa política que hizo más fuerte al Estado y llevó a la banda a deponer las armas y reconocer su fracaso. Ahora se sienten engañados porque Rajoy no ha hecho nada de lo que decía que haría porque nadie, ni siquiera el presidente del Gobierno, puede incumplir sus propias leyes, y porque nadie puede pudrirse en la cárcel una vez cumplida su condena. "ZP traicionó y Rajoy consumó", dicen con amargura. Y han creado un partido en el que está recalando el núcleo duro del PP para darle a Rajoy de su propia medicina. Y en estas sale Cospedal a sentenciar que no se puede politizar el movimiento en defensa de las víctimas del terrorismo. A buenas horas se desayuna esta panoli. Periodista