La Fundación Ibercaja que preside Amado Franco dio ayer un primer impulso a su proyecto de Ciudad de la Movilidad sacando músculo. Aparte de la fuerza financiera que representa el banco, que 23 empresas del sector de la automoción y la movilidad arropen un plan apoyado también por el Gobierno de Aragón, es iniciar con muy buen pie la aventura. Hay que darle tiempo para ver cómo se fragua, que inconvenientes le salen y saber si es el paso previo a que los iconos vacíos de la Expo del 2008 tengan uso. Pero de entrada es un proyecto ambicioso, razonable y loable.