El pájaro en mano era el AVE Teruel-Madrid. El pájaro volando es la nueva oferta de unir el Levante con la cornisa cantábrica pasando por Teruel y Zaragoza. Con la salvedad de que el pájaro en mano no estaba en la mano, sino en el aire. Aunque después de lo que dijo sobre Teruel, ZP no hubiera podido permitirse ignorar esa justísima reivindicación: si lo hubiera hecho sin contraprestaciones, a la brava, le hubiera pesado durante toda la legislatura. Pues bien, aquí está la contraprestación: se sobrentiende que el nuevo trazado de ferrocarril propuesto por la ministra ya elimina cualquier posibilidad de que el AVE Madrid-Valencia pase por Teruel. Se sobrentiende porque el consejero del ramo del Gobierno de Aragón ha dicho que es posible que se retire el recurso al trazado. Se sobrentiende bastante bien. El nuevo trazado es un notición, es una línea entre mares que está en el imaginario --y casi funcionó en la realidad-- desde hace más de un siglo. Es otro de los sueños imposibles de Aragón. Ahora, este Gobierno promete esa línea ya olvidada. Es una gran novedad. Entraña el paso pirenaico, siempre en vilo, siempre al albur de imponderables. Es un notición que además se haya anunciado con la presencia del presidente de Aragón.

Pero al mismo tiempo han dejado bastante claro --en el juego de sobreentendidos consustancial a la política-- que supone el fin de la reivindicación oficial, siempre un poco a remolque, del AVE de Madrid a Teruel. Han de explicar los expertos qué significan esas opciones, qué se gana y qué se pierde. Ha de debatir Teruel Existe sobre este cambio de planes. Se han de concretar las fechas. Es muy importante saber si los tiempos de este tren de costa a costa van a ser del tipo aplicado a la autovía Somport-Sagunto. Un tiempo exasperantemente lento. Un montón de promesas incumplidas. Y por último podemos preguntarnos si necesariamente han de ser proyectos excluyentes. El AVE Teruel-Madrid o el Mediterráneo-Cantábrico a 250 km/h. O quizá no podemos preguntarnos nada. El primero es --sería-- para dentro de dos años, unos pocos kilómetros que el PP nunca quiso considerar, al menos mientras gobernó. Una cosa quita otra. El AVE a Madrid, además de una vía férrea, de unos pocos kilómetros físicos, de un trazado, es (o era) una restitución histórica, un símbolo.

*Periodista y escritor