El máximo responsable del grupo automovilístico francés PSA, Carlos Tavares, lanzó ayer un mensaje optimista durante la formalización del acuerdo de adquisición de Opel Europa y Vauxhall al gigante americano General Motors. Los trabajadores de ambas compañías pueden estar “tranquilos”, aseguró el primer ejecutivo del gigante que agrupaba hasta ayer las marcas Peugeot-Citroën-DS y que tras la incorporación de la filial alemana de GM se convertirá en el segundo fabricante de Europa, por detrás del grupo Volkswagen, arrebatando la posición a la también francesa Renault-Nissan.

No hay motivos para desconfiar de las palabras y los buenos deseos de Tavares. Nos encontramos ante una operación de larga maduración y muy estudiada, en la que ambas partes ganan. La parte compradora gana porque genera más volumen en una industria madura como es la automoción, que aborda importantes retos para los que el tamaño y las economías de escala resultan claves, y la vendedora porque durante los últimos años ha ido acumulando pérdidas insostenibles que, según la propia compañía, se elevan a 15.000 millones desde principios de siglo.

En el caso concreto de la planta aragonesa de Opel en Figueruelas, la operación le llega en un momento de fortaleza, con nuevos modelos asignados, un proceso de relevo laboral perfectamente planificado y la marca liderando las ventas de turismos en el mercado nacional. Junto a la planta de Peugeot-Citroën en Vigo, en una situación similar desde el punto de vista productivo y laboral, Zaragoza formará un tándem a tener muy en cuenta por su elevada productividad, En los ámbitos donde es lógico que se produzcan ajustes serán el corporativo, donde existen duplicidades en las estructuras, y probablemente en el comercial,

A diferencia de la dudosa operación del 2009, cuando GM estuvo a punto de vender a la fabricante de componentes austrocanadiense Magna su filial europea Opel, apoyada por un banco ruso, la transacción actual no tiene que ser negativa para la industria aragonesa. Al contrario, pues la planta más productiva y capaz de Opel tiene los atributos suficientes para ser bien recibida en el nuevo grupo y para consolidar el liderazgo del nuevo conglomerado de Peugeot, Citroën y Opel en la industria automovilística española.