La pugna interna abierta por la alcaldable socialista de Zaragoza, Pilar Alegría, es un gran riesgo para el PSOE como el otro día reconocía el líder regional, Javier Lambán. Es un error el pulso abierto en la lista municipal que recuerda viejos enfrentamientos del partido y que es toda una guerra orgánica por el control en Zaragoza capital y en Aragón, a largo plazo. Que Madrid cambie nombres de las listas de provincia ha pasado siempre (hasta el sucesor de Sáinz de Varanda se cambió) pero que en la misma provincia no se acepte el trato pactado es abrir una brecha de inciertas consecuencias.