Me duelen todos los inocentes que mueren en circunstancias tan atroces o han de huir convirtiéndose en refugiados, parias sin futuro. Y mi indignación no salva a ningún actor de la tragedia. Si alguien pregunta sobre lo que está pasando en Siria, sólo puedo responder advirtiendo que El Asad es un tirano genocida; Putin, un subproducto de la mafia brezneviana y el KGB; en cuanto a Trump, le considero capaz de cualquier cosa para mantener en lo alto la audiencia del reallity show en que está convirtiendo su presidencia. Cualquiera de las partes o todas ellas en oscura combinación pudieron perpetrar el bombardeo a civiles con gas sarín, para luego escenificar la réplica con los tomahawk.

Son malvados y manipuladores. A propósito de este incidente, los españoles, sin ir más lejos, nos hemos enterado de que los buques norteamericanos basados en Rota no son exactamente parte del escudo antimisiles defensivo, sino que están provistos de cohetes balísticos ofensivos, que en este caso fueron usados sin ningún tipo de comunicación previa al Gobierno español aunque zarparon de uno de nuestros puertos (y por cierto, varios días antes de que el dictador sirio usara, presuntamente, las armas químicas).

No se crean lo que les cuenten las fuentes oficiales ni sus mercenarios. Les invito, sin embargo, a seguir a los informadores independentes. Estos días, por ejemplo, Principia Marsupia, en realidad el físico Alberto Sicilia, reconvertido en extraordinario periodista en zona de guerra, ha llegado a Mosul. Desde la línea de fuego, sus tuits y fotos resultan aterradores. Y sugieren nuevos interrogantes. Si ya fue desconcertante que el Estado Islámico preparase un ejército casi en secreto y tomase sobre la marcha la segunda ciudad más poblada de Irak, ahora carece de explicación la resistencia de los yihadistas a los ataques de las tropas regulares, las milicias kurdas, los chiíes y la aviación occidental. ¿De qué forma les llega munición y otros pertrechos a los supuestamente cercados? ¿Quién lo paga? ¿Cómo puede durar meses ya esta batalla? Pues eso.