El título de este artículo recoge dos palabras con mucha fuerza: la primera, pymes que representa a todas aquellas empresas que cada día llevan a cabo un esfuerzo por mantener las economías en el territorio y lo más importante, conservar y cuidar los puestos de trabajo. La segunda palabra, sostenibilidad, entendida como una acción para conseguir un planeta mejor.

En el iglo pasado, el único beneficio que concebían las empresas era el económico, en el siglo XXI, las empresas y concretamente las pymes, tienen claro que han de impulsar la triple cuenta de resultados: la económica, la social y la medioambiental.

Muchas de las pymes son empresas familiares, se merecen un reconocimiento constante, por su labor de contribuir al mantenimiento de la población en aquellas ciudades y municipios donde están implantadas como motor económico de la economía aragonesa, lo que representa más de 91.000 pymes.

Pero son momentos de ir más allá, de impulsar el Pacto Verde Europeo, de sumarse a los retos de la Agenda 2030 y, sobre todo, de adaptarse a los nuevos cambios para mejorar en competitividad y creatividad, generando de esta manera, una mayor sostenibilidad en la cadena de valor.

Parece que estos retos quedan muy lejos de las pequeñas y medianas empresas, pero no es así, cada día sus directivos creen en los equipos, cada día, buscan afrontar nuevos mercados y productos, solo por eso, ya están cumpliendo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8: trabajo decente y crecimiento económico.

Está es la forma en que las pymes pueden contribuir a la sostenibilidad, a generar nuevas acciones y aprovechar herramientas como los ODS, que son claves en el ámbito empresarial y en conseguir entre todos, un territorio mejor, para ello, es clave el dialogo y el entendimiento entre políticos, administraciones, sindicatos y organizaciones empresariales, porque es necesario un liderazgo colectivo.

Estos objetivos los deben liderar los responsables de las pymes. No serían una realidad si no estuvieran bien definidos y comunicados, para que las personas, que tienen que ser el centro de las empresas, puedan llevarlos a cabo, pero conociendo muchas empresas aragonesas, tengo muy claro que tienen un compromiso con ellas, considerándolas como los actores fundamentales en las organizaciones.

De ello dependen los retos que nos afronta la nueva economía, apostar por las pymes, poniendo el foco en los grupos de iInterés, contribuyendo a mejorar el cambio climático y como no, la salud, esto es poner la sostenibilidad y la Agenda 2030 en el centro de la estrategia empresarial. H