Como muchos vaticinábamos, Aznar no se marcha, se queda en la política, después de un largo año de estar machaconamente repitiendo que cuando uno se va, se va de verdad, y que este era su caso. El pretexto puede ser que las cosas no han sucedido como él había previsto, es decir, que Rajoy no ganó las elecciones. Bien claro dejó sentado hace un año que se retiraba por el foro y que se dedicaría a la FAES o a alguna actividad privada. Sí, sí, privada: presidente de honor del PP, lo que en equivale a máximo mandamás, utilizando la derrota de Rajoy como apoyatura de su continuidad. Y en tres años que cuente Rajoy con que Aznar se proclamará candidato a las generales de 2008, pues además no faltarán aznaristas que dirán que sólo así se garantizará el regreso del PP al poder. Sólo hay que ver la alegría con la que los más aznaristas han recibido la noticia de la presidencia. Ahora, el grave riesgo de Rajoy es quedar de segundón y con un estatus indefinido ante la poderosa presencia del otro. El PP no va a levantar cabeza, o va a levantarla demasiado. El fantasma de la bicefalia es la primera consecuencia, con lo fatal que es eso. ¿Quién pensaba que Aznar le iba a dejar a nadie el campo libre? *Periodista