Algunos de mis amigos me ponen a caldo cada vez que advierto aquí la bisoñez y el ruidoso infantilismo de Zaragoza en Común, sea en su versión podemista, pecera o simplemente social. Creo que tienen razón. A estas alturas, el problema de la plataforma que teóricamente lidera Santisteve no puede residir ya en la novata naturaleza de sus ediles, sino en su esencial falta de conocimientos o habilidades para afrontar con éxito la inmensa tarea que tienen encomendada: gobernar la capital aragonesa en minoría, dándole la vuelta a la, en general, desastrosa inercia que arrastra la ciudad tras decenios de incompetencia y mamoneo.

Harían falta auténticos genios para descifrar el enigma zaragozano. ZeC no está causando daños, pero afronta una conjura a cargo de agentes políticos y fácticos empeñados en culpar al actual equipo de gobierno de males y perjuicios producidos por otros (o sea, por los mismos que ahora acusan). El azud, por ejemplo. ¿Quién se empeñó en montar tal artefacto cuando Endesa se había descolgado y los técnicos advertían de su inconveniencia? No fue Teresa Artigas, desde luego. Al tiempo, la derecha, con el PSOE municipal a la cabeza (¿pretende Pérez Anadón dejarle una misión imposible al próximo/a candidata/o socialista a la alcaldía?), se opone con uñas, dientes e inaudita rabia a cualquier municipalización de servicios adjudicados a empresas privadas. Al concejal Cubero lo ponen a caldo. Vale, ¡viva la externalización!. Pero luego, cuando caen los árboles, arden los autobuses o la ciudad aparece sucia, se increpa a los munícipes comunes, que desde luego no fueron quienes renovaron las contratas con AUZSA, FCC y compañía de forma más bien oscura y en unos términos claramente perjudiciales para los intereses del vecindario. ¿Entonces qué? Esto mismo ya le pasó a CHA. Así, por ejemplo, a Toño Gaspar, cuando llevaba Urbanismo, le echaron la culpa de las pifias en el antiguo Seminario, que era un marrón concienzudamente elaborado por el PP para que el arzobispado se hiciese de oro. Y ojo, que la maniobra tuvo éxito.