Que George Bush vuelva a ser el inquilino de la Casa Blanca no es una buena noticia para quienes creen, creemos, que su Administración ha sido una de las más nefastas en la historia de Estados Unidos. No es que John Kerry fuera a hacer una política radicalmente distinta, pero su talante, su estilo, sí le podrían haber llevado a recomponer las deterioradas relaciones entre Estados Unidos y Europa. En España no nos va a salir gratis que de nuevo Bush ocupe el Despacho Oval, por más que desde el Gobierno Zapatero se diga que aquí no ha pasado nada, y que las relaciones con EEUU son las que eran, y que son buenas. No lo son, entre otras razones porque los ciudadanos españoles rechazamos mayoritariamente la guerra contra Irak, y esa factura la pagó Aznar en las urnas. No son buenas porque la mayoría de los ciudadanos no comulga con la política agresiva de Bush. No son buenas porque el Gobierno Zapatero, apoyado por la mayoría de ciudadanos españoles, decidió en su día que España no puede tener una actitud subordinada con EEUU, que una cosa es ser amigos y aliados y otra el mayordomo. De manera que es una estupidez decir que no pasa nada.

*Periodista