Más de cuatro décadas después de la trágica desaparición en la cima de su popularidad, de Evangelina Sobredo, conocida artísticamente como Cecilia, tornan a escucharse sus entrañables composiciones merced a un homenaje a la carismática cantautora. Los fondos recaudados en el concierto, de carácter benéfico y protagonizado por Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos, Amaral y El Consorcio, entre otras reconocidas figuras, serán donados en pro de organizaciones relacionadas con el tratamiento del autismo. Cecilia emergió como un rayo de esperanza durante los primeros años de nuestra reciente andadura democrática, para representar un arquetipo muy personal a través del que dio voz a la mujer allí donde le era negada. Tan incisivas como dotadas de una exquisita sensibilidad, las poéticas letras de sus melodías de gran calidad literaria aludían a temas que apenas nos atrevíamos a formular; su crítica social fue franca y sincera, pero jamás envuelta en agresividad. Tal vez sea esa la razón por la que caló tan hondo en un público entregado, que tatareaba con devoción sus canciones en la atmósfera palpitante de una sociedad que aspiraba a nuevas libertades. Pero un desgraciado accidente de tráfico, impidió que ella llegara a conocer nuestra Constitución ni a brindar por su más reconocida virtud: el admirable y añorado clima de consenso en el que vio la luz. Dama, dama o Me quedaré soltera, son títulos inolvidables, junto a aquel inspirador Ramillete de violetas, embrión de uno de mis relatos breves, El diploma, que posteriormente sería premiado por un jurado presidido en Oviedo por el eminente académico Emilio Alarcos. Sirva, pues, mi sentida aportación para unirme al merecido homenaje celebrado en Madrid en recuerdo de nuestra querida Cecilia.

*Escritora