En una desconcertante declaración ante el tribunal que investiga su responsabildiad en el caso Bankia, el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), declaró tan campante que nunca recibió los correos electrónicos donde el inspector responsable advertía que sacar a Bolsa aquel engendro financiero acabaría en desastre. Bueno... esto era de esperar, porque en este país todo quisque se llama a andana cuando de dar explicaciones se trata. Pero lo increíble, lo más acojonante de todo es que añadió: «Mis colaboradores no me pasaron esos correos. E hicieron bien, porque estaban lleno de errores y de meras opiniones subjetivas».

O sea, que después de que Bankia nos haya costado a los contribuyentes 22.000 millones de euros, quien fuera el máximo controlador de las finanzas españolas dice que las advertencias al respecto eran un fallo humano, una parida que no merecía la pena ni considerar.

¿Cómo puede ser erróneo algo que se ha demostrado en la realidad y de manera incontrovertible? ¿Qué locura es esa que se permite definir como simples opiniones personales unas consideraciones que profetizaron al milímetro lo que luego sucedió? Cabe suponer que tal delirio (reflejo de un extravío mental o una depurada y perversa mala fe) es lo que ahora se llama posverdad. Pero si les soy sincero a mí me parece simple cara dura, mentira evidente y, en el caso que nos ocupa, un perfecto reflejo de cómo se las gasta la gente que ha manejado y maneja este país.

Sólo en una sociedad perturbada puede pasar que quien acertó en sus pronósticos sea denostado o ignorado, y quien ha cometido pifias de enorme envergadura y altísimo coste pretenda justificarse incluso con altanería.

En fin... por lo menos (y hablando de otra cosa) Aragón ya tiene presupuestos. Expansivos y ambiciosos tras cinco años de recortes. Nunca es tarde si la dicha es buena. Pero esas mismas cuentas podían haber estado listas hace cuatro meses, a su hora. A ver si las de 2018...